Urbano González, el pelotero cubano al que poncharlo era una hazaña
miércoles, 14 de noviembre de 2018
Cuando se habla de los hombres de mayor tacto de la pelota cubana, siempre sale a relucir el nombre de Urbano González. No es para menos, el Guajiro de Catalina de Güines como se le conocía se ponchó apenas 67 veces en 2 684 veces al bate en 13 Series Nacionales. Era tan difícil poncharlo que los pitcher contrarios se lo tomaban en serio. Sabían que si lograban estrucarlo al día siguiente aseguraban su nombre en los cintillos de los periódicos.
Urbano González nació en Catalina de Güines, La Habana, el 25 de mayo de 1939. En la Primera Serie Nacional fue un puntal en la victoria del equipo de Occidentales pues encabezó los apartados de hits, carreras anotadas y bateó para 328 en una época en que la pelota no botaba y los averages eran de hambre.
A partir de esa primera Serie, Urbano González estableció un récord no roto hasta el momento por ningún pelotero cubano: coronarse campeón en cinco campeonatos consecutivos. En 1962 con Occidentales y del 1963 a 1966 con la novena de Industriales.
Chocador de bolas como no ha existido otro en la historia de las Series Nacionales, Urbano González dejó una seguidilla de hazañas relacionadas con el tacto que ha nadie ha conseguido siquiera emular: 190 veces consecutivas al bate sin poncharse; mayor cantidad de comparecencias sin ser estrucado, 217 y 50 partidos seguidos sin que ningún lanzador contrario lo pudiera retirar por la vía de los strikes.
Como en aquella época los peloteros se movían de un equipo a otro sin mucha lógica, Urbano González comenzó esta increíble racha con los azules de Industriales y la terminó con el equipo Habana.
Una anécdota de Urbano González que refleja su brillantez como jugador de tacto fue lo acontecido durante la III Serie Nacional, cuando vestía la chamarreta de Industriales. Esa temporada el Guajiro de Catalina de Güines se la había pasado casi completa lesionado. Sin embargo, durante el juego de las estrellas, casi sin poder caminar fue colocado como primer bate del equipo occidentales y le sonó un soberano lineazo que casi le arranca la cabeza, nada menos que al estelar oriental Manuel Alarcón.
El retiro oficial del ídolo de Catalina de Güines se produjo el 22 de marzo de 1975 tras haberse inmortalizado en los campeonatos de Cuba como el rey del tacto.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
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