Tecnología cubana para analizar pruebas de COVID-19
jueves, 7 de mayo de 2020
La Habana, 7 de mayo de 2020.- El grupo estatal de medicamentos BioCubafarma anunció este jueves que un grupo de científicos de La Habana adaptó «en tiempo récord» un sistema de diagnóstico empleando tecnología cubana para la identificación de casos de COVID-19 a partir de anticuerpos.
Los investigadores del Centro de Inmunoensayo (CIE) emplean para el diagnóstico la técnica ELISA, que identifica gérmenes y partículas que causan enfermedades. El nuevo sistema de pruebas está basado en la tecnología SUMA (Sistema UltraMicroanalítico), que desarrolló el CIE durante los años de 1980.
SUMA: Tecnología cubana para el diagnóstico
El SUMA es una avanzada técnica cubana de diagnóstico que emplea pequeños volúmenes de muestras y permite el ahorro de reactivos. En el país se aplica sobre todo en los programas de Pesquisaje Neonatal, Certificación de Sangre y de Vigilancia Epidemiológica.
Gracias a ella, Cuba se convirtió en el segundo país en América en disponer de un programa completo de diagnóstico y atención de hipotiroidismo congénito.
Actualmente se usa en varios países, entre ellos México, Colombia, Brasil, Argentina, Venezuela, Perú, Ecuador y China.
La producción de un test propio para la COVID-19 ahorraría tiempo y dinero a Cuba, actualmente bajo las restricciones del embargo de Estados Unidos, que dificulta la adquisición de bienes en el extranjero, incluidas las medicinas y los equipos médicos que tengan más de un 10% de componentes estadounidenses.
La mayoría de las pruebas de diagnóstico del SARS-CoV-2 con las que cuenta hasta ahora el país provienen de donaciones de países aliados como China y de instituciones multilaterales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El país también realiza ensayos con «resultados preliminares «satisfactorios» de una versión propia del antiviral Kaletra. El objetivo es prescindir de la importación y garantizar el suministro estable del fármaco. Kaletra es de fabricación estadounidense y muy usado en pacientes de COVID-19.
Las pruebas masivas, el aislamiento de los positivos y la identificación -y también aislamiento- de contactos son hasta ahora las únicas estrategias para frenar la expansión del coronavirus, para el que todavía no hay tratamientos probados o vacuna.
Pruebas a mayor escala
Autoridades sanitarias cubanas anunciaron hoy jueves que comenzarán a realizar pruebas a mayor escala. Con ellas se espera detectar el virus en grupos de riesgo sin síntomas y lugares con eventos locales de transmisión. La intención es cortar las cadenas de infección.
Cuba se mantiene en fase pre-epidémica con transmisión autóctona limitada de la COVID-19. Hasta la fecha el saldo es de 69 muertes y un acumulado de 1.729 positivos.
A pesar del desabastecimiento crónico que sufre la isla, atribuido en parte al embargo de Estados Unidos y que afecta también a su industria farmacéutica, los directivos de BioCubaFarma aseguran que están garantizados los 22 medicamentos que se considera podrían ayudar a tratar el coronavirus.
El antiviral cubano Interferón Alfa 2B fue uno de los medicamentos usados por China en el comienzo de la pandemia. Esto motivó al menos a unas 15 naciones de América Latina, Europa, África y Asia a pedir información o suministro del fármaco.
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