Yerandy1990 / Wikimedia

El hermoso pueblo de San Luis en Pinar del Río, de los más conservados en Cuba

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Uno de los pueblos mejor conservados de Cuba, entre los pequeños asentamientos de provincia, es San Luis en Pinar del Río. Tanto, que incluso recibió el Premio Nacional de Conservación y Restauración que otorga el Consejo Nacional de Patrimonio.

El pintoresco poblado de San Luis se fundó en 1831, cuando la señora Juana Romero donó una caballería para fomentarlo. Ella misma mandó a construir la primera casa y pagó porque se levantara una ermita de piedra y tejas consagrada a San Joaquín.

San Luis, un pueblo dedicado al tabaco

Se constituyó en cabecera municipal a partir de 1879 y desde entonces sería llamado también San Luis de los Ríos y San Luis de la Ceiba, entre otros nombres.

Su vida giró alrededor de la siembra del tabaco y a esta actividad económica se consagraron sus pobladores.

Busto de José Martí en San Luis. Fuente: Yerandy1990 / Wikimedia.

Los sanluiseños siempre han tenido un gran sentido de pertenecía a su tierra. Tanto, que en 1885, al enterarse que el término municipal desaparecería, formaron tal algarabía que el Gobierno colonial optó por que se mantuviera su estatus.

El mantenimiento al rescate del pasado

En los últimos años, a diferencia de la mayoría de los pueblos de Cuba, que se han deteriorado hasta casi el límite de la destrucción, en San Luis las autoridades locales han acometido pacientes labores de restauración de monumentos y bustos, reparado aceras y pintado fachadas, para tratar de rescatar algo del pasado esplendor del pueblo.

Así se han salvado los edificios de estilo neoclásico de la avenida Juana Romero, la tienda del pueblo de estilo Art Déco y algunas de las casas más representativas de los personajes históricos que vivieron en San Luis.

Entre estas se cuentan las del escultor Atilano Armenteros Ramos, quien esculpiera el monumento a las madres que existe en la localidad y fuese fundador de la escuela de arte de Pinar del Río. También las de Eduardo Samacoy, que escribiera más de cien novelas y la del músico Virgilio González, creador de la famosa Ola Marina.