Pelotero cubano Armando Capiró asegura que se lo quitaron todo por acusaciones falsas
sábado, 17 de septiembre de 2022
El expelotero cubano Armando Capiró asegura que se lo quitaron todo. En una entrevista para la revista especializada Play Off Magazine, contó que había sido víctima de un grupo de acusaciones falsas en su contra.
«Cuando estaba en proceso de ruptura con mi primera esposa, ésta envió una carta al periódico Granma acusándome de una serie de cosas que no eran ciertas», comentó.
Aunque Capiró no aclara de qué se trataban las acusaciones explica que incluyen «su sexualidad».
«Yo nunca pensé en abandonar el país, ni tuve otra cosa en mente que no fuera representar a Cuba y mi ciudad en el terreno. Las acusaciones llegaban hasta mi sexualidad, una mentira que desgraciadamente muchos creen todavía. En ese momento no ocurrió mucho, pero esas palabras habían quedado grabadas en algunos que después la usarían contra mí», contó.
El famoso bateador, con 14 temporadas jugadas, fue obligado a dejar el béisbol a finales de la década de los 70 del siglo pasado.
«Fui a los Juegos Panamericanos de San Juan lesionado de la rodilla derecha, después de una primera operación. Cuando regresé del torneo el dolor era insoportable y decidí volverme a operar. Cierto dirigente, me amenazó con que si lo hacía me iban a suspender, algo que no creí posible. Por el otro lado, tenía al Dr. Martínez Páez que me había advertido que mi carrera se iba a terminar definitivamente si no me operaba. Entonces decidí hacerle caso al especialista y operarme», dijo.
Capiró recuerda que luego de la cirugía el Comisionado Andrés ‘Papo’ Liaño lo llamó para comunicarle que estaba suspendido de manera indefinida de la pelota cubana.
«Lo peor fue que a raíz de esta situación comenzó una campaña de desprestigio contra mi persona. Así fue como se difundieron todas las acusaciones de mi exesposa y sufrí cosas como la expulsión de un torneo de softbol junto a ‘Monguito’ Cabrera, quien también estaba suspendido por otras razones».
Asimismo, recuerda que la única persona que creía en él en esos años era el Comandante Bernabé Ordaz, director del Hospital Psiquiátrico de La Habana, lugar donde siempre había trabajado y jugado en los Campeonatos Provinciales.
«Para mí fue terrible el no poder hacer lo que me hacía persona, porque amo el béisbol, amo Cuba y a mi ciudad. Todo eso me lo quitaron de un golpe, sin más».
En el año 1988 le permitieron volver a jugar en las Provinciales con el Hospital Psiquiátrico y, según dice «me esforcé mucho porque interpreté que si rendía bien podía volver a integrar, aunque fuera, el equipo Metropolitanos y jugar en la Serie Nacional. Estuve muy bien al bate en ese torneo a pesar de que llevaba varios años inactivo… Hasta que me comunicaron que no sería tomado en cuenta porque había que darle paso a los más jóvenes».