Ño que barato: Tienda en Miami que alivia la escasez en Cuba
domingo, 22 de septiembre de 2019
La tienda de Serafín Blanco es famosa y conocida por los cubanos de ambas orillas. Ño, que barato abrió sus puertas en el corazón de Hialeah en la ciudad de Miami durante el verano de 1996 y desde entonces ha prestado servicios especializados en todas las necesidades que presentan los cubanos.
Los que viven en la Isla se benefician con los productos de cualquier índole que normalmente escasean y los que viven en el exilio encuentran un sitio seguro donde adquirir regalos para sus familiares.
La Historia
Blanco, un inmigrante cubano que llego muy joven a Miami, desde entonces realizo diversidad de trabajos en la industria textil y otros.
Años después fundó Ño, que barato para atender a los balseros recién llegados que a diferencia de las cohortes de migrantes anteriores, se mantenían en estrecha comunicación con sus familias en la isla.
La decoración del local al igual que muchas cosas en la Isla parece estar detenida en el tiempo.
Conocido por su sentido del humor, Blanco ideó un nombre comercial que fue un golpe de genialidad.
“Ño” es una abreviatura de una palabra de júbilo coloquial que denota sorpresa.
La expresión completa, Ño Que Barato, podría traducirse como «Wow, eso es barato».
El lema se atascó rápidamente. Como lo anuncian los anuncios de la tienda, “el nombre lo dice todo”.
Después de trazar una rigurosa estrategia de mercado para determinar qué podría ofertar la tienda, su dueño decidió que todo era importante para los cubanos, pero se debía priorizar en ropa, zapatos, medicinas, celulares y objetos de canastilla para bebé.
Con el paso del tiempo la demanda se fue incrementando y desde hace unos años es posible encontrar allí hasta los uniformes que usan los estudiantes en los diferentes niveles escolares de la Isla.
En 1998, cuando las tiendas de dólar ganaban popularidad, Blanco abrió El Dollarazo, y en 2002 la hija de Blanco abrió Baby Caché, una rama dedicada exclusivamente a la canastilla.
Las tiendas en Miami
Ño, que barato tiene además el aspecto de las tiendas cubanas en los años ochenta.
Se trata de un enorme almacén con una iconografía que alude a la Isla en casi todos los aspectos y en sus pasillos repletos de mercancías se pueden encontrar generaciones diversas de cubanos, desde jóvenes recién llegados al país persiguiendo el sueño americano, hasta emigrados veteranos.
En su entrada se puede ver una imagen de San Lázaro con su manto, el cual es uno de los santos mas venerados en Cuba después de la virgen de la Caridad del Cobre.
El color amarillo chillón es el que predomina en la tienda en la mayoría de sus anuncios y carteles, para anunciar sus ofertas y los precios de los productos.
Y la diversidad de productos es impresionante para todos los gustos.
Uno de los momentos de mayor solvencia en la tienda fue durante los años posteriores a la crisis de los balseros, cuando cantidades enormes de cubanos llegaban a Miami y encontraban allí un lugar donde suplir sus necesidades, a pesar de contar con muy poco dinero.
La tienda también se ha convertido en parte de la cadena de suministro de la isla.
Lo que puedes conseguir
Los cubanos de Miami con parientes en la isla saben que Ño Que Barato les proporcionará:
- uniformes escolares oficiales del gobierno, que son difíciles de conseguir, en blanco y granate,
- mosquiteras,
- pedernales para encendedores
- Bic de plástico desechables y baratos.
- uniformes escolares
- diversidad de ropa
- maquillaje
- ropa para bebes y para niños
- zapatos
- ropa interior
- ropa playera
- jeans
- regalos y muchas cosas mas
Son muchos los cubanos que han pasado por esta tienda en Miami, tanto los que viven en esta ciudad, como los que viajan a Cuba y llevan parte de esta mercancía.
Innumerables son las personas que se han beneficiado con este negocio, comprando a buenos precios y además en donde se consiguen las cosas mas elementales y tradicionales de la Isla.
Antes de tomar su nombre definitivo la tienda se llamó Clothing Machine, pero ese bautismo no corrió con mucha suerte, a los clientes no se llamaba la atención.
Llegaban y lo primero que decía era precisamente: ¡Ño, que barato! A lo cubano.
Fue así que el nombre inicial perdió todo valor y asumió este otro que mantiene hasta hoy.
Una de las tiendas en Miami que alivian la escasez que hay en Cuba.