La Piragua para usted, si quiere bailar en Cuba

jueves, 8 de junio de 2017

Dicen que en los años 90 del siglo XX, La Piragua era un sitio de obligatoria visita para los bailadores de Cuba y del mundo. Poco a poco, gracias al concurso de grandes artistas, aquel escenario a cielo abierto se convirtió en un lugar insigne para disfrutar conciertos de música popular y sobre todo, para bailar o “echar un pasillo”, según acostumbran a decir los cubanos.

Lo mejor de este espacio es, sin dudas, su ubicación geográfica: casi en la intersección de las calles 19 y Malecón, en el municipio Plaza de la Revolución, muy cerca del Hotel Nacional, del emblemático edificio FOCSA y del centro nocturno Gato Tuerto.

Además, de encuentros de niños y jóvenes, en ese mismo espacio se realizan las competencias de habilidades del Club de autos clásicos y antiguos de la Federación de Automovilismo de Cuba. Sin embargo, el mayor atractivo de la Piragua sigue siendo la música.

Por ejemplo, dicen que en 1996, allí se hicieron  conciertos para sacar al músico más popular del año, categoría disputada entre “Manolín, el médico de la Salsa” y “Paulo FG y su Élite”. Además, por aquel escenario han pasado agrupaciones de la talla de Juan Formell y los Van Van, El Niño y la Verdad, Pedrito Calvo y la nueva justicia, y Puppy y los que Son Son.

Precisamente, César Pedroso (Puppy) ha sido una de las voces que más ha reclamado la funcionalidad de espacios abiertos para grandes conciertos gratuitos. Por supuesto La Piragua es hoy uno de los más reconocidos de su tipo en Cuba por el entorno paisajístico que lo acompaña, por el tradicional disfrute del público y por la interacción que permite entre los artistas y los bailadores.

Si usted quiere disfrutar del malecón habanero, vivir una de las puestas de sol más auténticas de su vida, y bailar salsa cubana, La Piragua es el lugar indicado: la pista de baile favorita de los seguidores de ese género musical.

Allí se reúnen cubanos de todas las edades, los sábados cada quince días. Usted podrá sentir la fuerza y el ritmo en sus pasos, en sus movimientos, en el aire del mar mezclado con la energía de la Isla.