Asturianos en Cuba: la curiosa historia de los comerciantes inmigrantes
sábado, 5 de octubre de 2019
Durante la inmigración española en los siglos XIX e inicios del XX los asturianos en Cuba, estuvieron presentes.
La corona española los estimuló a venir a la isla con el objetivo de mantener un equilibrio étnico entre los habitantes de la isla y les fueron prometidas tierras, fortuna y trabajo.
La historia de los asturianos en Cuba
La historia señala que Cuba era el destino preferido de los asturianos, seguido de México, Argentina, Puerto Rico y Chile.
Muchos de ellos lograron hacer grandes y cuantiosas fortunas producto del trabajo y aportes en industrias pioneras o de reciente industrialización.
Los asturianos en Cuba, se vincularon al negocio del comercio desde el inicio de la inmigración. Al contrario de las personas de otras regiones, los inmigrantes asturianos fueron en aumento.
Según la historia estos tomaron el lugar de los catalanes en el cultivo y la industria tabacalera.
Las fábricas de los asturianos en Cuba
Las famosas fábricas de tabacos Romeo y Julieta, Partagás y Henry Clay, fueron dirigidas por los habitantes de origen asturiano. Por ejemplo Partagás fue creada por Jaime Partagás en el año 1845.
Jaime Partagás fue un emprendedor y antes de fundar la fábrica de tabacos Partagás trabajaba en la producción de tabacos en una muy pequeña fabrica del cual también fue el fundador junto con Juan Conill quien era un comerciante, esto fue para el año 1827. Su visión era fabricar a gran escala la producción de tabacos, hecho que fue consumado finalmente en el año 1845.
Estos importantes e influyentes tabaqueros fueron los que propiciaron el financiamiento de la fundación de las asociaciones más relevantes y renombradas.
Las sociedades
Por ejemplo, la Sociedad Asturiana de Beneficiencia, que a inicios del siglo XX fuera el que originara al Centro Asturiano, el que cuenta con 60 delegaciones en nuestro país.
Esta Asociación tuvo varias sedes hasta que el arquitecto cubano Manuel del Busto edificara el suntuoso Palacio del Centro Asturiano de La Habana. Para los afiliados de este se realizan obras con bailes y actividades. Actualmente esta edificación acoge al Museo Nacional de Bellas Artes.
En la actualidad la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba se encuentra muy activa y tiene su sede central en La Habana Vieja. Su misión es mantener las tradiciones culturales y el apoyo social y benéfico a sus afiliados.
Los restaurantes el Asturianito y Los Nardos luchan contra el olvido de la cultura culinaria asturiana. Estos se encuentran frente al Capitolio Nacional y son administrados por la Sociedad de Juventudes Asturianas.
En el año 1897, en honor a la vírgen patrona de Asturias, se creó en la calzada del Cerro el asilo y Casa de Salud Covadonga. En la actualidad convertida en una ciudad hospitalaria lleva el nombre de Hospital Docente Dr. Salvador Allende.
Dentro de las edificaciones realizadas con el patrocinio de los asturianos se encuentra, hoy abandonado, el edificio del Teatro Campoamor. Se piensa que será restaurado por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
El Panteón de la Colonia de Beneficencia Naturales de Asturias es un pedazo del Cementerio de Colón donde descansan en paz muchos asturianos.
Los asturianos en La Habana
La inserción social de los asturianos en la Habana estuvo propiciada fundamentalmente por las romerías y las jiras domingueras en los alrededores de la cervecería La Polar.
En estas celebraciones confrontaban su abundancia con las actividades de los gallegos, realizadas en La Tropical. Bigote de Gato fue el excéntrico dueño de un bar que era un personaje de los más importantes en esas celebraciones. Este fue el fundador de uno de los pocos clubes multirraciales de la época, el Club Noctámbulo.
Otras personalidades asturianas que contribuyeron inmensamente a la sociedad y culturas cubanas fueron los científicos e investigadores: Walter Clement Álvarez, Luis W. Álvarez y Luis Fernández Álvarez, También contribuyeron los periodistas: Antonio Ortega, Atanasio, Nicolás Rivero, Constantino Cabal y Alfonso Camín.
Muy importante fue también el señor Don Ramón Areces, el cual llegara a la ciudad con solo 14 años junto con sus siete hermanos. Este hombre realizó diversos trabajos con su tío en los almacenes de la tienda El Encanto y más tarde llegó a convertirse en el famoso fundador de El Corte Inglés.