José Manuel Alemán, el ministro que realizó el robo más colosal de la historia de Cuba
viernes, 9 de noviembre de 2018
No son pocos los que en Cuba tuvieron la suerte o la habilidad de volverse millonarios en una noche, pero ninguno se acerca a José Manuel Alemán Casharo, ministro de Educación durante el gobierno del Dr. Ramón Grau San Martín, quien, en una madrugada, se presentó con una flotilla de camiones en el Tesoro de la República y se lo robó.
Nació José Manuel Alemán en La Habana en el año 1905. Era hijo del brigadier del Ejército Libertador cubano, José Braulio Alemán Urquía, un distinguido patriota que en la República había servido como Secretario de Instrucción y Bellas Artes durante la presidencia del general Gerardo Machado. Fue precisamente su padre quien lo introdujo a trabajar como funcionario del ministerio de Educación, nombrándolo director del Instituto Tecnológico de Ceiba del Agua.
Tras casi 20 años de cultivar relaciones políticas y escalar posiciones en Educación llegó a la cúspide de su carrera durante el gobierno del auténtico Ramón Grau San Martín quien lo llamó a su lado y le nombró ministro. Se convirtió entonces en uno de los hombres más poderosos de Cuba y ejerció una gran influencia política a través de Paulina Alsina (cuñada y dicen que amante del Grau), que le convirtió en su protegido.
Desde su cargo de ministro de Educación llevó el peculado a la máxima expresión, aprovechándose del inciso K, creado durante el gobierno de Fulgencio Batista. El inciso K de la Ley de Ampliación Tributaria ingresaba de forma constante fondos al ministerio de Educación que Alemán se las arreglaba para desviar a sus bolsillos y los de sus amigos.
Tan escandalosa fue su gestión como ministro que el Senado de la República (dominado por sus correligionarios auténticos) le obligó a renunciar al aprobar una moción de desconfianza en su contra. Sin embargo, el mismo día en que fue destituido por la Cámara, el “Divino Galimatías” Grau San Martín lo nombró ministro sin cartera.
El robo del siglo en Cuba
Justo el día antes de abandonar Grau la presidencia, el 9 de octubre de 1948, José Manuel Alemán daría el golpe de su vida. Entró personalmente al Ministerio de Hacienda y sustrajo $147 000 000 de pesos en efectivo (la moneda cubana tenía entonces paridad con el dólar), aunque algunos aseguran que el monto total del robo ascendió a $300 000 000. Para tan colosal atraco al Tesoro de la República utilizó varios camiones del Ministerio de Educación que se repletaron de billetes.
Cuentan que, al verlo ingresar al Ministerio de Hacienda con los camiones, los guardajurados asombrados le dijeron:
Pero, Dr. ¿qué va usted a hacer?” a lo que Alemán respondió con la mayor cara dura del mundo: “Robar el Tesoro”
Ese mismo día fletó un avión con rumbo a Estados Unidos y se apareció en el aeropuerto de Miami. Cuando los funcionarios de Aduana revisaron sus maletas lo detuvieron inmediatamente, habían encontrado 19 000 000 de dólares en efectivo. Mas, Alemán que era zorro viejo, sabía perfectamente lo que estaba haciendo. No existía ninguna ley que prohibiera la entrada de dinero en efectivo desde Cuba, fuese la cantidad que fuese; así que, tras informarse con Washington, las autoridades del aeropuerto lo dejaron en libertad.
Por supuesto que en Cuba el escándalo fue colosal. El senador Pelayo Cuervo armó la Causa 82 en la que acusó no sólo a Alemán, sino también a su entorno, Grau San Maartín y Paulina Alsina incluidos, por el robo del Tesoro de la República. Pero, pasaron casi dos años y no se procedió legalmente contra ninguno de los acusados. El 22 de julio de 1950 todas las pruebas y documentos reunidos sobre el caso fueron robadas del juzgado. El robo más colosal de la historia de Cuba había quedado impune.
Alemán, por su parte se quedó en Miami viviendo la vida; aunque por poco tiempo, ya que moriría de leucemia el 24 de marzo de 1950. Al fallecer se consideraba que su fortuna se encontraba entre los 60 y los 100 millones de dólares, y que casi todo el dinero procedía del colosal atraco realizado al Tesoro de la República de Cuba que había ido sacando del país por diversas vías.
Elena Santeiro, su esposa, heredó, además de una enorme cantidad de efectivo grandes inversiones en Cuba, Venezuela y Miami, incluyendo varios de los hoteles más importantes de la ciudad estadounidense y el antiguo Stadium de Miami.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
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