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Faro RoncALI
Flickr / César Gómez

El Faro Roncali: el guardián del extremo occidental de Cuba

Construido a mediados del siglo XIX, el faro Roncali continúa siendo una ayuda fundamental para las embarcaciones que navegan por la peligrosas aguas del extremo más occidental de la Isla. Aquí te contamos su historia.

El Faro Roncali, el último lugar de Cuba donde se pone el sol



Con casi 170 años desde su construcción, el faro Roncali en el extremo más occidental de Cuba, se yergue orgulloso y lozano como el primer día. Llegar hasta él es todo un símbolo y aún hoy muchos se aventuran en largas y agotadoras excursiones por el sólo placer de decir “yo estuve en el faro Roncali, el último lugar de Cuba donde se pone el sol”.

Desde su altura de 30 metros, el faro – que ha soportado la furia de los elementos por más de siglo y medio – continúa enviando sus señales luminosas para que sirvan de guía a los buques que surcan los mares cercanos a Guanahacabibes.

A pesar de ser uno de los faros más antiguos de Cuba entre los que se encuentra en funcionamiento, el faro Roncali es uno de los que más impresionan por su excelente estado de conservación.

Con casi 170 años desde su construcción, el faro Roncali, en el extremo más occidental de Cuba, se yergue orgulloso y lozano como el primer día. Fuente: Flickr / César Gómez

La obra comenzó a gestarse en 1843, cuando la Junta de Fomento elevó un expediente en la que recomendaba la construcción de la farola para que apoyara la navegación en el extremo más occidental de Cuba, testigo mudo de innumerables naufragios. Sin embargo, no sería hasta 1848 que el capitán general Federico Roncali decidió apoyar su construcción.

Inaugurado en 1850

Un año después se pusieron manos a la obra y España envío a la inhóspita península los hombres y recursos necesarios para la construcción del faro. La mayoría de los peones fueron negros esclavos que se les contrataron a los dueños en dependencia de las habilidades y experiencias que poseía cada uno en labores de albañilería. Las autoridades españolas enviaron también un pequeño número de culíes chinos como forma de castigo ante su rebeldía.

Casi dos años demoraron los constructores en construir la farola y comenzaron a levantar también la casa del torrero para inaugurar el conjunto el 15 de septiembre de 1850.

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Escrito por | Redacción TodoCuba

Fuente: Archivo TodoCuba

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