El curioso encargo que hizo el presidente estadounidense John F. Kennedy antes de poner el embargo contra Cuba

miércoles, 2 de enero de 2019

Se pueden mencionar diversas e ilustres personalidades que pudiéramos decir, fueron hombres poderosos y remarcables en todo el mundo, en sus respectivas esferas de la política, la literatura, el arte o la psicología y que tenían todos algo en común, una devoción declarada por los Habanos, ese producto cubano que durante muchos años ha cautivado a miles de personas en el mundo entero, y que hasta la actualidad se ha mantenido como un ícono de la cubanía, de calidad y exclusividad.

Muchas personalidades internacionales han sido fotografiadas en varias ocasiones posando con un puro cubano en sus manos, entre los que se encuentran Sharon Stones, Nicole Kidman, Alfred Hitchcock, Jodie Foster, Robert DeNiro y Francis Ford Coppola, entre otros muchas otras personalidades.

El el año 1998 el actor Jack Nicholson visitó la isla y todas las tardes durante su estadía en Cuba fue acogido en la casa del Habano de Partagás, a donde igualmente fuera el legendario actor de procedencia francesa Gerard Depardieu.

Pocos meses luego de haber fallado con la invasión norteamericana por la Bahía de Cochinos, en Cuba, el presidente John F. Kennedy le pidió a su Jefe de Prensa, llamado Pierre Salinger, que buscara la manera de conseguirle mil puros hechos en la isla de Cuba.

– «Necesito muchos puros», dijo entonces el presidente, según relató Salinger en 1992 a la revista Cigar Aficionado.  

-«¿Cuántos, presidente

– «Unos 1.000 Petit Upmann».

Cuenta Salinger que puso cumplir la petición ya que él mismo era un habitual fumador de los habanos y conocía varias tiendas donde los vendían. A primera hora del día siguiente el presidente le pregunta sobre el encargo y él le responde que ya lo tenía y en efecto, había resuelto 1200 puros manufacturados en la isla. En ese momento, cuenta, sacó un papel de una gaveta y lo firmó. Era ese el decreto que prohibía la venta de productos cubanos en los Estados Unidos, por lo que a partir de ese momento los habanos era ilegales en el país.

Algunos medios calificaron este hecho como abuso de información privilegiada por parte del presidente Kennedy, y quedó en la historia como una muestra de la devoción hacia el exquisito tabaco cubano.