Descubriendo el tabaco cubano: La antigua Bauzá.

miércoles, 4 de octubre de 2017

La antigua fábrica de tabacos Bauzá se encontraba ubicada en el poblado de Cabaiguán, en un caserón cubierto de tejas árabes.

Se trata de la mayor fábrica de tabacos que ha existido en el centro del país y se inauguró en el año 1949, aunque desde mucho antes ya Cabaiguán era una reconocida zona tabacalera, con varias escogidas y numerosos talleres y chinchales que se dedicaban al torcido. A finales de los años 50 contaba ya con unos 200 trabajadores.

Operaba bajo la razón social de “Bauzá y Yanes” y en 1958 era propiedad de los señores Juan Bauzá Vilela y José Yanes Barreto, quienes estaban asociados, además en el Banco Prieto Yanes, un pequeño banco local de Cabaiguán.

Después del triunfo de la Revolución Cubana de 1959 fue expropiada por el nuevo Gobierno de la Isla que la renombró como Alfredo López Brito.

Al ser la fábrica más grande y en concordancia con las orientaciones del nuevo poder, la antigua Bauzá comenzó un proceso de absorción de los pequeños talleres y chinchales de Cabaiguán y aumentó en producción y número de trabajadores. Fue la época en que desaparecieron del pueblo los otros pequeños negocios dedicados a la elaboración de tabacos como Galileo, El 90, El Surco y Leonard, algunos de los cuales llevaban muchos años en giro.

En la década de 1980 la fábrica contaba con nueve marcas de exportación, certificadas con la máxima certificación estatal cubana, la del círculo negro.

Actualmente el tabaco Bauzá producido en Cabaiguán se mantiene como uno de los pocos “tabacos de bodega” que todavía se comercializan en pesos cubanos (CUP); pero no por esto se debe asumir que se trata de un tabaco malo. Si bien no alcanza la calidad de otras marcas, como todo tabaco hecho en Cuba, el Bauzá es bueno y a juicio de expertos fumadores muy rico en texturas, casi cremoso y se disfruta hasta el final si apagarse, algo muy raro en los tabacos baratos que se consiguen en otras partes del mundo.