Descubre el origen del nombre y toda la historia de la famosa loma del Capiro de Santa Clara

viernes, 13 de julio de 2018

La loma del Capiro es uno de los lugares más famosos de la ciudad de Santa Clara. La elevación debe su nombre a Cristóbal de Moya, quien fuera uno de los fundadores de la villa. Cuentan que al observarla se le pareció a una de las montañas que había observado en los cerros de Portobelo, en Panamá y que los lugareños del ismo llamaban Monte Capiro. Y loma del Capiro le llamó.

En sus primeros años la loma del Capiro era el lugar de recreo preferido por los jóvenes de la villa. Lo mismo subían a la cima para contemplar el paisaje que organizaban picnic en su falda.

Con el paso de los años las inmediaciones de la loma se fueron poblando. Entre los primeros en asentarse a los pies del Capiro se encontraban Tomás Ruiz y su esposa Ana Pegudo, quienes llevaban una activa vida y salían constantemente en las crónicas sociales de los primeros años del siglo XX. No es de extrañar entonces que dos de las calles del reparto que el Capiro se fomentó recibieran sus nombres: “Tomas Ruiz” y “Ana Pegudo”.

Este fue el reparo de “gente bien”, más cercano a la carretera que sale a Camajuaní. Sin embargo, las zonas aledañas a las faldas de la loma del Capiro se fueron poco a poco llenando de casas muy humildes con techos de guano y paredes de yagua o tablas de palma y calles sin asfaltar que dieron lugar a un barrio completamente insalubre. Este pobre asentamiento sería nombrado durante la República como reparto Capiro.

La loma del Capiro fue el origen de una de las fantasías más grandes de los arquitectos y paisajistas cubanos de inicios del siglo XX. En 1915 se trató de fomentar un proyecto que más que una realidad constituía una utopía urbanística: Por el lado izquierdo de lo que luego sería el Campo Sport se construiría un canal que dejaría a la elevación como una isla rodeada de un lago artificial. Luego se construirían quintas y chalets para las más aristocráticas familias de la ciudad.

En 1958 la loma del Capiro fue uno de los escenarios fundamentales de la batalla de Santa Clara, librada entre las tropas del Ejército Rebelde, dirigido por el Che Guevara y el ejército cubano. En ella se hizo fuerte el ejército hasta que al tratar de retirarse en el tren blindado fue copado y obligado a rendirse en las faldas del Capiro.

Durante la década de 1980 el escultor José Demarra esculpió un monumento en homenaje a la batalla allí librada que fue declarado Monumento Nacional en conjunto con el de la Acción del Tren Blindado.