Cubanos creen que el escenario es favorable para la liberación de los presos políticos
jueves, 9 de febrero de 2023
Muchos cubanos ha visto esperanzados una sucesión de hechos que se han dado en los últimos días los cuales harían pensar en la posibilidad de un indulto u otra forma de libertad para los cientos de presos políticos que sufren en la isla.
El periodista e investigador cubano José Raúl Gallego se ha referido a ese anhelo de cientos de familias y al escenario actual que podría propiciarlo.
Gallego analiza tres hechos recientes que hace pensar en condiciones propicias para que se dé, en alguna forma la ansiada libertad.
“Hace unos días el Encargado de Negocios de Estados Unidos en Cuba, Benjamin Ziff, dio varias entrevistas (algo no común en él desde que asumió el cargo) en las que enfatizaba que la existencia de presos políticos era el principal obstáculo para mejorar las relaciones entre ambos países”, dijo el cubano.
Además recordó que “ayer el cardenal Stella, enviado del Papa Francisco -que ha volteado la cara recurrentemente respecto a la situación de derechos humanos en Cuba y que ejerció como mediador en el deshielo obamista- también se pronunció a favor de la liberación de los presos”.
Este día sucedió una nueva acción poco común: “Hoy, llega la noticia del exilio forzado de más de doscientos presos políticos nicaragüenses y todo hace mirar con ansiedad a lo que pasará en Cuba próximamente”, señaló.
Para el periodista cubano está claro que la “liberación de personas que están detenidas injustamente, en condiciones de precariedad extrema y en muchos casos siendo víctimas de torturas, es algo positivo. Si no, que le pregunten a ellos mismos o a sus familiares”.
Sin embargo, pide estar atentos ha varios detalles muy importantes:
“Este contexto será usado por la Seguridad del Estado para tratar de tranquilizar a los familiares que exigen la liberación, haciéndoles creer que ya está cerca, cuando pudiera no ser así”, dice argumentando: “la exigencia de los familiares no va a hacer que el proceso se demore, al contrario, lo acelerará, pues esta liberación es producto de negociaciones en las que el régimen obtendrá beneficios que no quiere perder”.
El segundo análisis de José Raúl es aun más contundente “que esta liberación no es un ‘acto de buena voluntad’ de un gobierno que pretende mostrarse al mundo como «dispuesto a transformarse, sino que es el producto de una estrategia recurrente de una dictadura que utiliza al ser humano y fabrica presos políticos para luego usarlos como moneda de cambio para obtener concesiones”.
El investigador cubano además señala que en cuanto a “estrategia” se trata de la de “cualquier secuestrador al que no hay nada que agradecerle o celebrar cuando decide soltar a su víctima, maltratada y mutilada, una vez cobrado el rescate”.
Por lo que agrega “a ese secuestrador hay que perseguirlo y llevarlo ante la justicia”.
Gallego además alerta que la liberación pudiese “llevar consigo el componente del exilio” algo que debe erradicarse, pues todo el que lo desee debería poder quedarse en Cuba al momento de su liberación.
El académico también se pregunta “una vez liberados los presos ¿qué hacemos para evitar que los fabricantes de presos políticos sigan en el poder, recurriendo una y otra vez a la estrategia de meter inocentes a las cárceles para usarlos cada vez que lo necesiten?”.
Su cuestionamiento lo acompaña con la idea de que si no se arranca “el mal” de raíz, “nos volverá a alcanzar en algún momento, con los mismos beneficiados (la dictadura y quienes se montan en su juego) y los mismos perjudicados: nosotros”, asegura.