Ismael Romero y su interesante despliegue en el baloncesto

miércoles, 17 de julio de 2019

El baloncesto no es un deporte con muchos resultados en Cuba. Aunque eso no quiere decir que la calidad de nuestros baloncestistas no esté probada en ese escenario, como es el caso de Ismael Romero.

Cuba ha tenido algunas individualidades que han merecido la atención de más de un entendido en la materia.

Son los casos de Ruperto Herrera, exaltado al Salón de la Fama de la Federación Internacional, o Andrés Guibert y Lázaro Borrell, cubanos que han jugado en la NBA.

Parece ser que el talento antillano en el deporte de las canastas ha vuelto a ser tomado en cuenta.

Pues se conoció de la existencia de un cubano que se desempeña en la Liga de Desarrollo de la Asociación Nacional de Baloncesto de Estados Unidos (NBA D-League).

Su nombre: Ismael Romero.

Romero es un pívot, nacido en Villa Clara, que se caracteriza por su férrea defensa frente al tablero y su fuerte poder anotador tanto cerca del aro, como desde la media distancia.

Mide 2.03 metros y pesa 100 kilogramos.

Formaba parte de la selección nacional cubana que asistió al Torneo Centrobasket  en el año 2012.

Que tuvo por sede la ciudad de San Juan de Puerto Rico, donde abandonó el plantel antillano buscando llegar al mejor baloncesto del mundo.

En tierras boricuas, jugó para el equipo de la Universidad del Turabo, en la liga inter universitaria de la isla del encanto.

Allí fue galardonado como novato del año y jugador más valioso de la temporada 2014.

Esa actuación sirvió para que las franquicias de la NBA se fijaran en su talento y fuera escogido en el draft de la Liga de Desarrollo del mejor baloncesto del planeta.

Fue el equipo Detroit Pistons, a través de su sucursal Grand Rapids Drive, el que lo firmó en la cuarta ronda del draft de 2016.

A partir de entonces todos los resultados de Romero han sido buenos.

Según el sitio LatinBasket.com, durante los últimos ocho partidos en la NBA D-League promedió 12,4 puntos y 8,5 rebotes por juego.

Números que demuestras su eficacia sobre la cancha, donde terminó jugando un promedio de 24,4 minutos por partido en los 27 encuentros que jugó con el Drive.

Según los técnicos del equipo lo que más ha sorprendido de Romero ha sido su capacidad atlética, unido una velocidad y un salto endiablado que hacen de él un jugador muy completo.

Al parecer Ismael Romero ha recorrido el tramo más difícil, por lo que lo único que le resta es mantener los resultados y, quizás, pronto veamos al tercer cubano en pisar un tabloncillo de NBA.