Cinco clásicas canciones que te invitan a darte un buen atracón de comida cubana (+ Videos)
sábado, 22 de septiembre de 2018
Dice la sabiduría popular que los cubanos son gente simple. Para mantenerlos contentos basta con ofrecerles buena música, buena ropa y buena comida… sobre todo, buena comida. Puede parecer un criterio descalificador, pero es innegable el hechizo que ejerce sobre los nacidos en la mayor de las Antillas el encanto de una buena mesa.
Sobran ejemplos para demostrar esta afición de los cubanos por comer; pero hoy nos centraremos en la música, con cinco ejemplos de clásicas canciones de la música popular cubana con clarísimo “contenido gourmet”:
¡Ay, Mamá Inés!: No se puede evitar comenzar por una de las canciones más conocidas que evoca la costumbre (casi rayana en el vicio) de los cubanos por su tacita de café mañanera. Este tema de Eliseo Grenet le dio la vuelta al mundo en boca del inigualable Bola de Nieve y constituye un clásico de todos los tiempos. No existe cubano al que luego de cantarle “!Ay, Mamá Ines!”, no se sume al coro y complete: “(…) todos los negros tomamos café”.
La caldosa de Kike y Marina: Una verdadera receta musicalizada que ha hecho bailar a generaciones de cubanos desde que en 1979, el profesor Rogelio Díaz Castillo se inspirara al probar el súper caldo que preparaba el matrimonio tunero de Don Kike y Marina. Popularizada por el Jilguero de Cienfuegos todos los nacidos en Cuba saben bien que con ese plato “(…) bien se camina, porque esta caldosa tiene una gallina!”.
https://www.youtube.com/watch?v=xzMQUTNFraw
¡Ay qué bueno, qué bueno… un guanajo relleno!: Escribió en 1933 Ignacio Piñeiro y el Septeto Nacional lo popularizó por toda Cuba. El tema es un homenaje a uno de los platos más populares en los campos de la Isla, el pavo (o guanajo como lo llaman en Cuba) relleno de arroz congrí, bañado en manteca de cerdo y asado lentamente al carbón… Realmente espectacular.
¡Échale salsita!: También de Ignacio Piñeiro, puede ser considerado como la más universal de sus “composiciones gastronómicas”. El tema hace alusión a la costumbre tan cubana de echarle salsita a todos los alimentos “secos” para “mojarlos” y mejorarles el sabor; hábito que ha llegado hasta el día de hoy. Específicamente en su canción, Piñeiro se refería a echarle “salsita” a las butifarras que en su puesto ambulante vendía “el Congo” en Catalina de Güines, que eran las “má rica y sabrosas” que había comido en su vida.
Tamalitos de Olga: La más famosa canción dedicada a los tamales y a la mejor tamalera que ha conocido Cuba. Compuesta por el flautista José Antonio Fajardo quien se inspiró en Olga, quien elaboraba los mejores tamales del país y llegó a tener tanto renombre que al final sólo trabajaba para las familias más ricas. Su estribillo «¿Pican, no pican, los tamalitos que vende Olga?» hace bailar a cualquiera.
Muchos más canciones con temas gastronómicos se han escrito en Cuba y de ellas hablaremos próximamente.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
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