Jorge Royan Wikimedia

Si creciste en Cuba, jugaste a estos juegos

jueves, 27 de agosto de 2020

Los juegos más populares en Cuba, de su cultura y población comienzan desde muy tempranas edades. Incluso desde la tierna edad de ser un bebé de brazos.

Este es el caso del juego famoso “Tope, tope, tope, tope..”, un juego en el que un adulto le susurra esas palabras al bebé mientras se acerca para hacer un choque de frente a la de este, lentamente, y esperar hasta que hagan contacto y el bebe le sonría.

Los juegos de los niños en Cuba

Ya mas grandecitos, cuando ese bebé puede correr y saltar, empieza a jugar el conocido juego «El “Piteo”.

Se trata de un juego de descarte, usualmente usado para decidir quién se queda con algo o quién juega en qué equipo. Se trata de decir unas frases, de rimas conocidas, como por ejemplo: “Tín marín de dos pingüé, cúcara, mácara, títere fue.

Vamos a jugar a los escondidos. Fuente. Pikist.

O también “la cuchara se pasea de la sala al comedor, no me mates con cuchillo, mátame con tenedor»; mientras se pasa un dedo de forma rítmica de pie en pie hasta que acaba la rima y el que fue señalado, debe salir del círculo.

A través de «piteos» se da comienzo a juegos como los escondidos.

Los escondidos es el típico juego en el que uno cuenta hasta determinado número y luego el resto se esconde. Cuando el buscador deja de contar, debe buscar a sus adversarios y atraparlos.

Otros juegos de este estilo son La Gallinita Ciega, La Casita de Martí, y otros.

Juegos más tranquilos

Juegos un poco menos movidos son: La Sortija, De la Habana vino un Barco o La Seguidilla. Lo interesante de estos jueguitos era que el perdedor siempre pagaba penitencias.

Luego cuando esos niños ya son jóvenes, empiezan a jugar a las bolas y la pelota.

También suelen jugar a bañarse bajo la lluvia, volar papalotes, el juego de la pañoleta, los Yanquis, que se suele jugar en el receso cuando van a la escuela, el trompo, entre muchos otros.

Hasta que más tarde en la vida empiezan a jugar al Dominó, que casi puede denominarse el pasatiempo nacional.

Una infancia muy movida, alegra, divertida e inolvidable por las calles de Cuba.