Huellas de la Madre Teresa de Calcuta en su paso por La Habana

sábado, 17 de agosto de 2019

Diversos motivos han provocado que célebres personajes se sientan atraídos por conocer Cuba. Muchos de ellos han quedado indisolublemente atados a la isla, valgan los conocidos ejemplos de Ernest Hemingway o Gabriel García Márquez. No obstante, uno de los más sublimes fue la madre Teresa de Calcuta, esa abnegada religiosa que hizo espacio en su ocupada y humilde vida para visitar la isla en tres ocasiones.

La Madre Teresa de Calcuta visitó la isla en 3 ocasiones.

En 1986 la madre Teresa, cuyo verdadero nombre fue Agnes Goinxha Boyaxhiu, fundó en Cuba la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Caridad.

Su subsede se creó en la ciudad de Calcuta en 1950 con el objetivo de administrar hogares para los desposeídos en todo el planeta.

En el convento de San Francisco de Asís, situado en la plaza de igual nombre en La Habana Vieja, se atesora un regalo que en una de sus visitas la acreedora del Premio Nobel de La Paz  realizó a Fidel Castro:

• una estatuilla en marfil de Nuestra Señora de La Milagrosa. El propio convento fue escogido para crear, el 30 de enero de 1999, un jardín dedicado a la entrañable amiga, muerta menos de dos años antes, el 5 de septiembre de 1997.

En el jardín, espacio diseñado para la meditación y el disfrute de la paz, se colocó en el año 2003 una estatua de la misionera.

Su creación estuvo a cargo del reconocido artista de la plástica cubano José Villa Soberón.

La obra representa a la Madre Teresa de Calcuta sentada, leyendo una biblia y vistiendo su atuendo tradicional.

Al decir del Historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler, la estatua refleja la “inmensa espiritualidad y la suprema humildad de aquella gran mujer, en un mundo martirizado por la pobreza, la guerra y el dolor de los que sufren y padecen”.

Justo homenaje y gesto de agradecimiento de los cubanos a uno de los personajes más notables y respetados del siglo XX.

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