En Cuba: El Ángel y los dinosaurios de piedra
domingo, 4 de octubre de 2020
A la entrada del Valle de la Prehistoria, un cartel sorprende al visitante: “No lo dudes: ¡entra! Creerás haber descubierto el Parque Jurásico soñado por el mismísimo Spielberg”. Es la entrada al mundo de los dinosaurios de piedra creados por Ángel Iñigo Blanco.
Entonces el gesto inmóvil del Hombre de Cromagnon, de 12 metros de altura, comenzará a tomar sentido para quienes ponen sus pies en aquel lugar, por primera vez.
Dicen que no existe otro espacio que muestre, con tal fidelidad, los animales de la prehistoria, los dinosaurios.
Incluso, muchos lo han catalogado como una de las construcciones más grandes de su tipo.
Lo cierto es que el Museo de Piedra sorprende.
Fue inaugurado en los años `80 y posee alrededor de 430 figuras de animales, entre ellas, más de 200 esculturas que representan dinosaurios, mamuts y otras especies que poblaron la tierra hace millones de años, todas realizadas a tamaño natural.
Para quienes admiran la ciencia paleontológica es un sitio de obligada visita.
Y para quienes quieran tomarse fotos impresionantes, es una opción ideal que nos regala al mismo tiempo, cultura y diversión.
Pero, ¿quién es el responsable de aquella obra de los dinosaurios que desde 1985 es Patrimonio Cultural Nacional?
¿Quién puso tanto empeño en revivir en piedra, animales que solo hemos visto en libros y en películas de ciencia ficción?
El Museo Zoológico de Piedra significó aproximadamente veinte años de trabajo para el escultor Ángel Iñigo Blanco.
Un hombre que anteriormente se dedicaba a cultivar la tierra y que en diciembre de 1977 decidió construir aquellas figuras, usando la técnica del ferrocemento.
Ángel Íñigo Blanco había nacido el 25 de diciembre de 1935 en Santiago de Cuba, pero desde sus primeros años vivió junto a la familia en el lomerío guantanamero de Yateras.
Desde los 42 años comenzó a cincelar la piedra en el Alto de Boquerón, territorio que hoy pertenece al municipio de Manuel Tames.
Desde su niñez había practicado la talla en madera y el moldeado en barro y cera.
Según contaba él mismo, a mediados de la década del 70 descubrió grandes bloques de roca caliza en Alto de Boquerón y comenzó a esculpirlos.
Así nacieron diversos animales prehistóricos, que hoy se muestran organizados, incluso, por épocas geológicas.
Además, el visitante puede relacionarse con el entorno prehistórico e imaginar la vida de entonces a través de esculturas que muestran escenas de caza entre animales y humanos.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
Fuente: Visitar Cuba / Archivo TodoCuba
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