El Tropicana: el cabaret más importante de Cuba
domingo, 22 de noviembre de 2020
El Tropicana es un cabaret cubano con más de ocho décadas de funcionamiento. Se le conoce también como el «Paraíso bajo las Estrellas». En 1940 tomó su actual nombre, que se inspira en la melodía estrenada en ese lugar y compuesta por el flautista Alfredo Brito. Sergio Orta, coreógrafo y director de espectáculos, fue quien hizo la sugerencia. Sse considera al cabaret Tropicana como uno de los más importantes del mundo. Su una larga trayectoria es reconocida a nivel internacional.
En los antiguos terrenos de la finca Villa Mina de Marianao, municipio Playa de La Habana, se inició en 1939 la construcción del cabaret. Aquí se salió del esquema tradicional y se ubicó el local al aire libre, de una zona de bosque tropical. Se aprovechó el entorno con un espectacular diseño arquitectónico a cielo abierto, que le da una apariencia única. En sus inicios contaba con capacidad para trescientas personas. Con el tiempo se han realizado reformas, que han llevado su aforo a los mil espectadores en la actualidad.
Espectáculo en el Tropicana. Fuente: Terry Feuerborn / Flickr (CC BY-SA 2.0).
Los espectáculos organizados por el Cabaret Tropicana se han presentado con gran éxito por todo el mundo. Salas tan importantes como el Royal Albert Hall de Londres, el Sporting Club de Montecarlo, el Friedrichstadt Palace de Berlín y el Beacon Theatre de Broadway en New York se han conmocionado al vaivén de los ritmos y bailes cubanos.
El Cabaret y su leyenda
Al entrar al siglo veinte, a la entrada del municipio habanero de Marianao y lindando con la línea del ferrocarril Zanja-Marianao, se encontraba Villa Mina, una hermosa residencia suburbana propiedad de Regino Truffín. El lugar estaba rodeado por un exótico bosque tropical. Este fue el marco de ensueño donde se creó un cabaret que ha llegado a ser leyenda entre los espectáculos musicales del planeta. En alguna ocasión se le catalogó como “el night club más atractivo y suntuoso del mundo”. Es el mítico cabaret Tropicana.
Una vez fallecido Truffin, su viuda, Mina Pérez Chaumont, decidió arrendar Villa Mina a un grupo de empresarios, encabezados por Víctor de Correa. Su idea era establecer un club nocturno. La noche de San Silvestre de 1939 el local abre sus puertas, aunque aún no era el «Tropicana», nombre que adoptaría un año después. Correa era todo un experto es este tipo de negocios, pues ya había tenido locales similares. El empresario logró que esa inauguración fuese todo un éxito. La cantante de tonadillas Teresita de España, esposa de Correa, fue una de las atracciones en los primeros espectáculos presentados en el naciente cabaret.
Rápidamente el Tropicana se hizo de gran popularidad entre el público más selecto y pudiente de La Habana. Al embrujo de la noche cubana, el exuberante jardín con su firmamento estrellado, la plateada luna tropical, el son de la música caliente y los bailes de las deslumbrantes mulatas cubanas le sugerían a los espectadores la sensación de estar sumergidos en un mundo irreal de esplendor exótico.
Durante la década del 40 fueron todo un hito las presentaciones de la revista musical Congo-Pantera. Recreando la caza de una pantera en la selva africana, se vinculó por primera vez el espectáculo a la frondosa vegetación circundante. Los bailarines aparecían entre el rico follaje de las plantas. La iluminación estaba diseñada para destacar la vegetación. Tania Leskova, interpretando a la pantera, irrumpía ante el público descendiendo con gracia desde un majestuoso árbol. David Litchin, que junto a la Leskova provenían del célebre Ballet Ruso de Montecarlo, dirigió la producción fue. El famoso músico cubano Chano Pozon también se encontraba entre los artistas participantes.
Populares figuras extranjeras como Josephine Baker, la Tongolele, Xavier Cugat y Los Chavales de España se presentaron en el escenario del Tropicana. Lo mismo ocurriría con los artistas cubanos, no menos famosos. Tal es el caso de “la única”, Rita Montaner , lgnacio Villa “Bola de Nieve” y el propio Alfredo Brito. Para ese momento ya se conocía al Tropicana como el “casino más hermoso del mundo”. También se le llegó a llamar el “Montecarlo de las Américas”.
A finales de la década del 40 aparece en la historia del Tropicana Martín Fox, quien fuera humilde bolitero proveniente del interior del país. Le llamaban “el guajiro Fox”. Como la gente que es nacida y criada tierra adentro, el guajiro adoraba la vegetación del club, convirtiéndose en su más ferviente celador. Fox no contaba con preparación alguna, pero su audacia y sus sólidas relaciones con los grupos más solventes, lo llevaron a destronar en pocos años a Víctor de Correa. Junto a Alberto Ardura y Oscar Echemendía conformó la trilogía empresarial que llevaría a la cumbre al Tropicana y lo convertiría en uno de los cabarets más famosos del globo.
Los creadores
El renombre universal del Tropicana deriva de sus fabulosos espectáculos, donde el derroche de lujo y creatividad se pone de manifiesto en decoraciones y vestuarios. Interminables filas de bellas mujeres, fantásticas e impecables coreografías y arreglos musicales de ritmos fascinantes conforman formidables producciones folklóricas y fantasías de intensa fuerza y colorido. En la concepción y creación de todo este mundo de opulencia y esplendor han desempeñado un papel de primer plano los creadores, verdaderos genios de la imaginación y el profesionalismo.
No se pudiera hablar de este concepto de la superproducción puesto en práctica en el Tropicana, sin hacer referencia a Roderico Neyra (Rodney). Se le consideraba el mejor coreógrafo y director de espectáculos de este género en su época. Le precedía éxito obtenido como coreógrafo y director artístico del cabaret Sans Souci. El hombre comenzó siendo bailarín en el teatro Shanghai, un lugar destinado sólo a “producciones para hombres”. Después creó el famosísimo cuarteto «Las Mulatas de Fuego». Pasó a ser contratado por la administración dle Tropicana en los albores de los años 50. Así se convirtió en Rodney, el Mago.
A partir de ese momento, su imaginación, fantasía y autoridad hicieron que él y Tropicana se fundieran en un todo único e indivisible. Dirigió decenas de espectáculos que fueron la comidilla de la prensa. Cada nuevo show, esperado como un acontecimiento nacional, superaba al precedente. Trajo a Cuba a famosas luminarias de la época, para que alternaran con los artistas del patio. Con ello transformó al Tropicana, definitivamente, en un cabaret de alcance internacional, émulo de los mejores entre los mejores en cualquier latitud. En 1959 fue elegido el productor de espectáculos más destacado de Cuba. Luego se trasladó a México donde continuó su carrera.
Herederos de las producciones de Rodney, han sido los fantásticos espectáculos debidos a la dirección artística de Joaquín M. Condall. Santiago Alfonso y Tomás Morales, con sus coreografías y dirección, han seguido esa senda exitosa.
Condall estudió dirección y producción en Nueva York. Se inició en el mundo del espectáculo en 1950 y llegó a ser el director de televisión más cotizado del país. En 1970 se encargó de la dirección artística del Tropicana, donde permaneció durante 19 años. Con el objetivo de rescatar las mejores tradiciones y sobrepasar todas las expectativas, amplió el escenario y recorrió toda La Habana reclutando bailarines y modelos. Logró así poner en escena superproducciones como «Los Romanos eran así», considerada uno de los mayores espectáculos de todos los tiempos.
Uno de los aportes de Condall fue la introducción en Tropicana del “espectáculo total”. Hizo que bailarines y modelos bailasen entre las mesas y ubicó pequeñas plataformas dentro del salón. Estas vinieron a sumarse al escenario principal y a las pasarelas laterales. Logró así mezcló al público con la acción escénica y aumentó en éste la sensación de estar dentro del espectáculo. Entre sus méritos se encuentra también la creación de la Escuela de Baile del Tropicana, destinada a la formación profesional del cuerpo de baile y los modelos.
Con Condall comienza el cabaret Tropicana sus presentaciones internacionales. Sus producciones pasearían por el mundo y dispondría prácticamente de un elenco en La Habana y otro itinerante. Entre sus más importantes actuaciones en el exterior figuran las realizadas en el Casino de Montecarlo (Mónaco) y las del Beacon Center de Broadway, New York.
En los años 90, la dirección artística del Cabaret Tropicana pasa a las manos de Santiago Alfonso, quien comenzara como bailarín. Posteriormente se dedicó a la coreografía en las compañías Danza Nacional de Cuba, Conjunto Folklórico Nacional y Ballet de la Televisión Cubana. En 1964 ingresa en las filas de Tropicana. Allí se formó como jefe de escena y coreógrafo, bajo la guía de Joaquín M. Condall, Joaquín Riviera y Amaury Pérez García.
Santiago es el artífice de la superproducción «Tropicana: La gloria eres tú», donde se recorre el abanico de los ritmos cubanos con maestría, elegancia y sensualidad. Ha sido profesor de las más importantes figuras artísticas del cabaret y montado diversos espectáculos teatrales. Logró que se llevara la historia del cabaret al cine, dirigida por el mismo con gran éxito. El Tropicana continuó con una serie de giras anuales por Europa y América, sobre todo tras la creación de «Tropicana Marbella», un exitoso proyecto de presentaciones por ciudades de España y otros países europeos.
Tomás Morales comenzó su vida artística como bailarín de la televisión cubana. Es además cantante y coreógrafo. Fue fundador del Conjunto Experimental de Danza de La Habana y se ha desempeñado como bailarín, coreógrafo y director artístico del Tropicana. Con los espectáculos del cabaret ha recorrido diversos países de Europa y América. La maravillosa producción del Tropicana, «Tambores en Concierto» da fe de su magistral quehacer en el mundo del espectáculo.
El Salón Bajo las Estrellas
Con el romántico nombre “Bajo las Estrellas”, ha sido designada esta hermosa terraza al aire libre en medio de un hermoso jardín tropical, que permite el disfrute pleno de espectáculos fabulosos y únicos. Un sueño de belleza con pasarelas volantes, cortinas de humo, cascadas de agua coloreadas por luces, y en el centro, la figura envarillada de una especie de araña surrealista que preside la escena. Todo un conjunto de originalidad y buen gusto, que complementa el encanto y esplendor del Tropicana y que le ha hecho merecedor del sobrenombre por el cual es conocido en el mundo entero: “un paraíso bajo las estrellas”.
El espectáculo «Tropicana, Oh, La Habana» resume de forma magistral un derroche de la singular mezcla de elementos que componen la cultura cubana. Sus ritmos se entrecruzan con la sensualidad del Caribe, la estética, la elegancia y la gracia de lo cubano.
Un segundo tiempo, a partir de las 12 de la noche, hace posible un intercambio entre el público que asume el protagónico y animadores, bailarines y músicos, para derrochar esa alegría contenida y los deseos de mover los pies y las caderas al ritmo de la música cubana.
El Salón bajo las Estrellas está abierto desde las 8:30 pm.
El Salón Arcos de Cristal
Como parte de los trabajos de remodelación y ampliación del cabaret, emprendido a finales de los años 40 y principios de los 50 por el entonces joven arquitecto cubano Max Borges Recio, figuraba la construcción de un salón techado. Pero debía respetar el entorno natural y e integrarse al mismo.
El resultado fue el Salón Arcos de Cristal, un milagro de la arquitectura moderna cubana que supera toda fantasía. Es considerado por profesionales de renombre, como el arquitecto argentino Roberto Segre, como el ejemplo más logrado en la arquitectura de los años 50 en lo referente a la utilización de la naturaleza tropical dentro del contexto arquitectónico.
Y es cierto. Sus arcos de cristal recrean el efecto que se obtiene bajo la bóveda celeste en pleno campo. El visitante puede admirar la exuberante vegetación de sus jardines tropicales, prodigiosamente iluminados. La naturaleza invade a su vez el interior, poco alumbrado, a través de cristales transparentes que cubren los espacios resultantes de la intersección de uno y otro arco. El lujoso confort de su atmósfera, su fastuosa decoración y el ambiente distinguido y continental que allí reinan, le aseguran una noche encantadora.
El Café Rodney y el Restaurant Los Jardines
Con ambiente y arquitectura de los años 50 y una categoría de Tres Tenedores, el Café Rodney es el rincón bohemio del Tropicana. Allí la sencillez y el profesionalismo en el servicio gastronómico, así como originales y variados entretenimientos, se conjugan para sorprender y cautivar al visitante.
El Restaurant los Jardines está situado en el espacio donde originalmente se encontraba el Casino del Tropicana. La música incidental, la luz de la luna filtrándose a través del techo acristalado, la visión panorámica del jardín que rodea el lugar y el trato exquisito y profesional de su personal hacen de una cena acá un momento inolvidable. Las delicias de su alta cocina le han hecho merecedor de la categoría Cuatro Tenedores.
Los espectáculos del Tropicana
1950 y 1951: Con la administración de Víctor Correa se presentan las producciones Congo Pantera, Siboney y El manisero, con coreografía de Sergio Orta y la actuación de Rita Montaner, Bola de Nieve, Chano Pozo, Carmita Ortiz y Julio Richard. Música de Eliseo Grenet y participación de los “Chavales de España”.
1952: Bajo la administración de Martin Fox y con coreografía y dirección de Rodney, se presentan las producciones Goyescas, Prende la vela y La viuda alegre, con las actuaciones de Rosita Fornés, Armando Bianchi y Zoraida Marrero, así como Orquídeas para Ud., con la participación de Zoraida Marrero, Miguel Ángel Ortiz y Ma. Teresa Tolón.
1953: Se presentan las producciones Omelen- Ko, de tema afrocubano, y Ritmo y fantasía, con las actuaciones de Celia Cruz, Miguelito Valdés, América Crespo y José Lemat. Coreografía y dirección de Rodney.
1954: Mayombe, espectacular revista de tema afro que contó con la actuación de Celia Cruz y la participación de íremeso diablitos de la Sociedad Secreta Abakuá, así como Carnaval Carioca y El circo, este último con la actuación de los hermanos Montalvo y otras estrellas circenses. Coreografía y dirección de Rodney.
1955: La producción Bahiondo, con las actuaciones de Carmen Miranda, Olga Guillot, Merceditas Valdés, el Cuarteto D´Aida, y el pianista y compositor Orlando de la Rosa. Coreografía y dirección de Rodney.
1956: Se presentan las producciones Noches del Trópico, que reúne a Xiomara Alfaro, el Cuarteto D`Aida y Dandy Crawford; Seis lindas cubanas, con las actuaciones de Celina y Reutilio, Ramón y Coralia Veloz, y el trío de las Hermanas Lago; y Fantasía Mexicana, al decir del crítico de arte estadounidense Paul M. Brown “…el cuadro más espectacular, de mayor colorido, interés y emoción que he visto jamás en toda una vida dedicada por entero a la crítica de toda clase de espectáculos”, con la participación de Columba Domínguez, la pareja de bailes de Ana Gloria y Rolando, el Cuarteto D´Aida, entre otras estrellas. Coreografía y dirección de Rodney.
1957: La producción Tambó se presenta con las actuaciones de Celia Cruz, Paulina Álvarez, Merceditas Valdés, el coro de Paquito Godino y la pareja de bailes de Gladys y Freddy. Coreografía y dirección de Rodney.
1958: Se presentan las producciones Vodú ritual, con tema y música haitianos y las actuaciones de Marta Jean Claude, Rosita Jean Ophilias, Berta Dupuy y el Cuarteto Los Rivero; así como Su Majestad la Prensa, creada con motivo del Día del Periodista. Coreografía y dirección de Rodney.
1959: Las producciones Tropicana vodevil se presentan con las actuaciones de Martica Castillo y Ma. Teresa Tolón, así como Junto al Waldorf, ambas con coreografía y dirección de Rodney.
1960: Bajo la dirección de Armando Suez, se presentan las producciones Tropicana alrededor del mundo, con las actuaciones de la soprano Ester Borja y el Cuarteto Los Riveros, y Pachanga Tropicana. También Almanaque, en este caso dirigida por Joaquín Riviera.
1962: Se presenta la producción Salsa, sazón y ritmo, con la actuación de Luis Carbonell y la dirección de Armando Suez.
1963: La producción Buenos días INIT se presenta bajo la dirección de Joaquín Riviera.
1965: Se presentan las producciones Tu música en Tropicana, con música de Meme Solís y las actuaciones de su propio cuarteto, Omara Portuondo y el pianista Felo Bergaza; y el espectáculo f, con la actuación de Rosita Fornés y el cuarteto de Meme Solís. Dirección de Joaquín Riviera.
1967: La producción Brindis por Tropicana se presenta bajo la dirección de Amaury Pérez, así como Son y ritmo en Tropicana, Tropicana canta y baila para Usted y Si me miras y me besas, con coreografía de Santiago Alfonso y dirección de Fernando Valdés.
1970: Tomás Morales presenta la coreografía Pelea de Gallos, con la actuación de los jimaguas Alberto y Armando Pérez.
1972: Considerada como una de las más grandes superproducciones de Tropicana, se presenta Los romanos eran así, bajo la dirección de Joaquín M. Condall, guión de Enrique Núñez Rodríguez y dirección orquestal del maestro Rey Montesinos. Contó con la actuación de Carlos Moctezuma, Regla Becerra, Omara Portuondo y Marta Strada, la participación sensacional de Los Tambores de Bejucal, e incluyó actos circenses, fieras con sus respectivos domadores y acróbatas.
1996: Se presentan las producciones Tropicana: La gloria eres tú y Brindis por Tropicana, con las actuaciones de Elena Burke y Farah María y dirección de Santiago Alfonso.
1997: Se presenta el cantante Cheo Feliciano, acompañado de Isaac Delgado y Paulito FG y su Élite, así como la estrella mexicana de rock Alejandra Guzmán, al tiempo que se mantiene el doble show con el cantante Alberto Herrero.
1999: Se presenta la vedette española Norma Duval.
2006: Con coreografía y dirección artística de Tomás Morales, se presenta la producción Tambores en concierto, una panorámica de los principales ritmos de la música cubana.
La Bailarina, el símbolo del Cabaret Tropicana
El gran símbolo de Tropicana lo constituye la escultura de una bailarina, realizada por la artista cubana Rita Longa en 1950. En menor medida, la Fuente de las Musas, del italiano Aldo Gamba, instalada desde 1952 en la entrada del mítico cabaret, es también otro símbolo.
El 29 de diciembre de 1994 el legendario cabaret Tropicana estuvo de plácemes. Casi no alcanzó la noche para descubrir tanto rostro famoso entre los visitantes que colmaron el lugar. Periodistas y fotógrafos se disputaban entrevistas e instantáneas. Una alada figurilla, cuya imagen ha recorrido el mundo junto al nombre de Tropicana, se conviertió también en trofeo. Precisamente su autora, la laureada escultora Rita Longa, figuró entre quienes recibieron la réplica. La figura fue elaborada en pequeño formato a partir de su obra Ballerina, creada para el cabaret casi medio siglo atrás.
Rita Longa conoció el Tropicana desde muy joven, cuando era aún era Villa Mina, la propiedad de la familia Truffin. Incluso compartió con Marcial, hijo de Doña Mina, fiestas y diversiones durante la primera juventud. Llegaron a componer muchas veces una casi obligada pareja, por ser ambos altos y delgados. Con el paso de los años, Rita materializó su vocación artística como escultora y la encontramos convertida en punto obligado dentro de la plástica cubana del momento. El éxito de crítica y público no le es ajeno: sus gráciles ciervos ya adornan la entrada del Zoológico habanero. La Virgen del Camino pronto será venerada. El joven arquitecto Max Borges Recio, «Maxito», encargado de la imagen que Martín Fox deseaba imprimir al Tropicana, le ha pedido crear una escultura para el más conocido de los cabarets habaneros.
La respuesta no se hizo esperar. Así fue como el 31 de diciembre de 1949 la obra fue asentada a pocos metros de la entrada principal de la antigua casona. Se trataba de una esbelta Ballerina (con este nombre su autora la bautizaría) en puntas. La ubicaron en medio de un pequeño estanque rodeado de césped, donde florecían los nenúfares.
Esta estatua debía incitar a girar en torno suyo. Para ello se concibió una pose, que inspiraría elogios como este: «Interprétese su gesto transmutado en fino movimiento de ballet como aire de invitación amorosa al ambiente feliz que impera en el primoroso casino». De hecho esto se cumplía, ya que los autos se movían a su alrededor para acercarse y retirarse de la entrada del edificio.
Muchos se han preguntado ¿por qué una ballerina clásica? Pues bien, el señor Borges Recio consideró que de esta forma constituiría un símbolo imperecedero de la danza. Por su parte, la autora ha confesado que la escultura fue concebida en la época en que se entrenó el filme británico sobre ballet «Las Zapatillas Rojas». Protagonizada por la actriz y bailarina Moira Shearer, la película conquistó el favor del público por entonces.
Cada año este cabaret atrae a un promedio 150 mil visitantes extranjeros, quienes buscan descubrir los encantos de la noche en la mayor isla del Caribe.
Si te gustó ¡Compártelo!
Escrito por | Redacción TodoCuba
Fuente: Cabaret Tropicana / Archivo TodoCuba
Patrocinado por: CubitaNOW - Noticias de Cuba