La historia olvidada del tranvía que recorría el casco histórico de La Habana Vieja
viernes, 5 de abril de 2019
En el siglo XX, los habitantes de la ciudad se transportaban utilizando mayormente el tranvía.
Las arterias fundamentales de la circulación de los tranvías eran las calzadas y avenidas.
Las principales calzadas eran la de Jesús del Monte, conocida actualmente como la Calzada de Diez de Octubre, del Cerro y de San Lázaro junto a las avenidas de Carlos III y Línea, todas con un importante peso demográfico, económico y social.
La calle O`Reilly, hacia posible el acceso mediante el tranvía a un espacio vital en la dinámica urbana de la capital, la Plaza de Armas con su Palacio de los Capitanes Generales (Palacio Presidencial hasta la década de los veinte del siglo pasado y sede del ayuntamiento hasta los sesenta), el Palacio del Segundo Cabo (sede del Senado en los primeros años de la República) y el edificio Horter (embajada de los Estados Unidos en la década de los cuarenta), por mencionar tres de sus principales enclaves históricos y arquitectónicos.
¿Cual fue la mas importantes obra de ingeniería para el desarrollo del tranvía en la época?
La construida por la Havana Electric Railway and Company a principios del siglo XX era una de ellas.
Consistía en una estructura metálica por la cual era posible el paso de transporte eléctrico sin que su recorrido interrunpiera el transito ni los asuntos laborales propios de la Aduana.
Su nombre era popularmente conocido como Los Elevados de San Pedro.
Su permanencia y uso durante la época fue hasta el año 1942, cuando para ese entonces fueron demolidos por decreto presidencial.
Estos elevados que fueron demolidos en su oportunidad, permitían acceder al segundo nivel del edificio de la Lonja del Comercio, erigido en el año 1909 por el arquitecto valenciano Tomás Mur.
El convento franciscano que se encontraba allí establecido era una parada reglamentada y se hacia uso de ella a esta a través de una escalera.
Los pasajeros llegaban a un costado del Templete en la misma entrada de la calle O`Reilly.
Luego de esto los carros eléctricos se encontraban con la explanada del Castillo de la Real Fuerza, que era otra importante obra de infraestructura ubicada en los alrededores de la Plaza de Armas en la segunda mitad del siglo XVI, que fue usada para cuartel militar en un tiempo y luego como biblioteca a lo largo del siglo XX.
En la actualidad es un museo dedicado a la arqueología subacuática y a la historia de la construcción naval habanera perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
El paso del tranvía por la calle O`Reilly, al costado de la plaza de Armas, se encontraba con el Palacio del Segundo Cabo, construido a finales del siglo XVIII y junto al Palacio de los Capitanes Generales, pilares del poder político colonial español en la Isla de Cuba.
El Palacio del Segundo Cabo, actualmente en proceso de restauración arquitectónica, será un importante centro cultural sobre la influencia europea en la vida y cultura cubana y en el Palacio de los Capitanes Generales radica desde el año 1968 el Museo de la Ciudad.
En la intersección con la calle Tacón los raíles que existían para la época, torcían a la derecha para desembocar en los alrededores de la plaza de la Catedral, alejándose cada vez más del corredor O`Reilly, un recorrido breve pero preciso en la geografía habanera y que una vez fue escenario privilegiado del tranvía eléctrico en la capital.
Solo han trascendido los tranvías en la memoria de los ciudadanos y es muy común observar en algunas calles, de las que antes fueran las principales, como aún quedan los rieles a pesar del paso del tiempo.