¿Sabías que en Cuba existe un museo con una sala dedicada a la cosmonáutica? (+ Fotos)

martes, 12 de marzo de 2019

La carrera por la conquista del espacio exterior es asunto de las naciones más avanzadas. A países como Cuba les toca solo presenciar el espectáculo desde las gradas y seguir los avances por la televisión. Por esa razón resulta realmente curioso que en la Isla exista un museo con una sala de exposición dedicada a la cosmonáutica o astronáutica.

Se encuentra la sala en el Museo de la Ciudad de Guantánamo y rememora el vuelo conjunto que realizaron en septiembre de 1980 la Unión Soviética y Cuba.

En el lugar, que fue inaugurado por Arnaldo Tamayo, primer cosmonauta (o astronauta) cubano treinta años después del histórico vuelo se muestran gigantografías que muestran al público las diferentes etapas del hecho, así como fotografías originales tomadas en La Habana de los dos participantes tras su regreso a la tierra.

El vuelo conjunto cubano – soviético comenzó el 18 de septiembre y orbitó alrededor de la Tierra por ocho días después.

En el tomaron parte Arnaldo Tamayo y Yuri Romanenko quienes viajaron al espacio para acoplarse al complejo orbital Saliut 6-Soyuz 37, donde se encontraban otros dos cosmonautas soviéticos.

El programa se llamaba Intercosmos y Tamayo se convirtió de esta forma en el primer latinoamericano en viajar al espacio.

Es de esperarse que antes de su viaje al espacio, la preparación física y mental del cubano fue determinante en el éxito de esta expedición al igual que el de sus acompañantes.

Arnaldo Tamayo se convirtió de esa forma en el humano número 97 en salir al espacio exterior y Cuba en la novena nación en poner un hombre en el espacio.

La gran mayoría de las piezas que se exponen en el museo guantanamero fueron donadas por Tamayo y entre ellas se incluyen el módulo de descenso de la nave espacial Soyuz 38 en que se realizó el vuelo; así como el receptor transmisor y el gorro de la escafandra que uso el cubano durante la misión.

El módulo de descenso, en particular, permaneció guardado durante 24 años en una sala del gobierno municipal de Guantánamo hasta que se decidió abrir el museo.