Tradiciones cubanas en Majagua: Fiesta de Rojo y Azul

miércoles, 16 de octubre de 2019

En Majagua, municipio de la central provincia de Ciego de Ávila, cada noviembre los bandos se visten de rojo y azul, cuando celebran su fiesta campesina, una de las tradiciones más representativas de la cultura y la alegría cubanas.

Dos bandos enfrentados en una de las mas coloridas tradiciones cubanas

Majagua, población distante unos 30 kilómetros de la ciudad de Ciego de Ávila, es un municipio reconocido por sus tradiciones, en particular los encuentros entre los bandos Rojo y Azul, fiesta que cada año le da vida a los bailes, cantos y costumbres cubanas autóctonas del campo.

Los habitantes de la localidad se dividen en dos bandos, para mostrar lo mejor del folclor de los guajiros cubanos. Rojos y Azules conjugan música, danzas y literatura oral, en una semana de espectáculos campesinos. No puede faltar el juego de pelota y los encuentros de treseros y cultivadores de la décima, quienes arriban desde varias provincias de Cuba.

La buenas comidas y las bebidas típicas tampoco faltan en estos festejos. Abundantes tragos de ron y el buen cerdo asado esperan a los participantes tras los cantos y el desfile.

Por cada bando, encabeza la comparsa una pareja formada por una joven que personifica a Cuba y viste con la bandera, simbolizando los valores de la patria. Un caballero, que debe tener menor estatura que la joven, vestido con guayabera y sombrero de guano, personifica a Liborio, representación del pueblo cubano, del campesino que labora en las siembras de caña de azúcar..

Tampoco debe faltar la pareja de jóvenes disfrazados de viejitos. Don Pepe, defendiendo al bando Azul, es el alegre guajiro, buen bailarín y con chispa. Doña Joaquina representa a los Rojos, es la mujer parrandera y generosa.

Cada rincón de Majagua exhibe durante la fiesta el color de preferencia de la familia. Los bandos se identifican con globos, letreros  y banderas en las casas y calles. Cintas en los sombreros y pañuelos atados al cuello indican la preferencia de los parranderos.

Las coreografías y los trajes son preparados en secreto y no se permite a los miembros de un bando presenciar los ensayos del otro. Al final, se trata de una fiesta colorida donde se rescatan los bailes y cantos propios del campesino cubano.

Tradiciones cubanas de Rojo y Azul

El origen de estas fiestas tradicionales se remonta a principios del siglo XX, cuando en Majagua existían dos sociedades “de instrucción y recreo” con membresía blanca: la “Colonia Española” y  el “Unión Club”. Los equipos de béisbol locales se enfrentaban para jugar y se identificaban con los colores rojo y azul. Este era el principal entretenimiento de los pobladores del municipio.

En 1929, Pedro García, vecino acomodado oriundo de Sancti Spíritus, propuso a la directiva de la Sociedad Unión Club celebrar una fiesta anual. Esta celebración se llamaría «baile guajiro». Antes de la fiesta, dos comparsas, la roja y la azul, presentarían bailes campesinos como el zumbatorio, la caringa, Doña Joaquina, el zapateo cubano, el papalote, la polka y el Gavilán. Los propios hijos de Don Pedro participaron en la primera edición, enfrentándose en bandos opuestos.

En las fiestas de Majaguas las costumbres de Cuba y las tradiciones de los inmigrantes canarios y los chinos residentes en la zona se fundieron con las de los campesinos del lugar. Esto les dio una característica muy peculiar que las distingue de otras festividades cubanas.

En 1932, las sociedades “Colonia Española” y  el “Unión Club” se fusionaron en la sociedad «Unión Latina», que se encargó de la organización de las festividades hasta 1960, cuando se disolvió. Con ella dejaron de realizarse los enfrentamientos entre los bandos Rojo y Azul.

Resurgen las festividades

Unos años después, Ángel Morán Paz, egresado de la Escuela Nacional de Instructores de Arte, se dio cuenta de la oportunidad para el desarrollo cultural que representaban los festejos. Apoyándose en la experiencia de los antiguos adeptos de los bandos, Morán organizó un grupo denominado “Cabalgata Guajira”, incluyendo repertorio de las fiestas majagüenses. Así, en 1966 se presentan de nuevo los bandos Rojo y Azul en el viejo local de “Unión Latina”, que ahora se denominaba «Círculo Social Obrero». Todo el pueblo se integra a la fiesta: blancos, mulatos y negros, unidos por la cultura popular, pero enfrentados por el color de su bando.

«Cabalgata Guajira» ha recibido numerosos reconocimientos por su labor de rescate del folclor cubano, recibiendo el Premio Nacional de Cultura Comunitaria 2018, por su defensa de las danzas tradicionales cubanas de las regiones campesinas y de la cultura de la Isla.

La tradición campesina de azul y rojo hoy en día

La tradición regía el montaje de las coreografías. Sin embargo, en la actualidad se hace un estudio de los bailes con los especialistas que trabajan en las casas de cultura. Se han rescatado más de 120 tonadas originales. Las coreografías de los rojos presentan innovaciones, mientras que las de los azules se apegan a la tradición.

La Fiesta de los Bandos Rojo y Azul se destaca en Cuba como la celebración popular campesina de mayor prestigio, con la característica adicional de ser una jornada competitiva. Un jurado formado por personalidades del mundo de la cultura popular evalúa y selecciona al bando triunfador del año.

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