El olvidado Hotel París de Matanzas, una pobre cuartería
lunes, 30 de septiembre de 2019
Al Hotel Gran París se le conoció también como el «Hotel de los Presidentes«, ya que era el lugar elegido por casi todos los presidentes cubanos para hospedarse cuando visitaban Matanzas. El Hotel ocupaba un edificio de dos plantas en la amplia calzada de Tirry. El mismo se encontraba ubicado en la calzada de Tirry número 54, 56 y 58 (actuales 56, 58 y 60).
La construcción original fue comenzada por el irlandés John Daly, en 1884. Al fallecer Daly, el señor Lorenzo Zabala, propietario del Hotel La Lonja, en la misma calzada de Tirry, le compra la casa a sus hijos en el año de 1897. Zabala construye otras instalaciones a fin de transformar la casa Daly en un hospedaje y unifica el conjunto con la fachada que aún hoy se conserva.
No se conoce la fecha precisa en la que comenzó a funcionar el hotel, pero para el año de 1902, ya aparece en los directorios comerciales.
Un hotel de primera
Desde su inauguración, se consideraba al Hotel París de Matanzas como un alojamiento de primera clase, en especial tratándose de un hotel de provincia. 40 habitaciones estaban destinadas para dar albergue a 60 huéspedes. La mayoría de las habitaciones contaban con su propio baño, un servicio de lujo para la época.
Los dos pisos de la estructura están divididos por una cornisa de la cual se proyectan los balcones con barandas de hierro fundido. La entrada estaba cubierta con una marquesina de hierro fundido y cristal, sostenida por ménsulas estilo art nouveau de hierro. Esta marquesina fue sustituida en años posteriores por otra de hormigón, conservando las ménsulas.
En el interior del edificio, sobresalían las puertas de madera estilo español y los arcos con lucetas de colores. Una bellísima escalera fundida en hierro con pasamanos de bronce era el centro de atracción, mientras que los pisos de mosaico mostraban hermosos diseños en salones y habitaciones principales.
El París fue un hotel elegante. Con la única excepción de Carlos Prío, todos los Presidentes de la República se hospedaron allí. Además, sirvió como sede para llevar a cabo actividades más exclusivas de la sociedad de Matanzas. Su restaurante era famoso por sus deliciosas comidas, en especial los langostinos, la especialidad de la casa. En la fuente del patio andaluz se mantenían vivos los langostinos hasta el momento de prepararlos.
En 1933, cuando murió Lorenzo Zabala, la propiedad pasó a sus hijos Miguel y Florinda. El señor Rogelio Geerken, quien trabajaba en el hotel desde 1906, continuó asistiendo a los hermanos Zabala como Administrador del hospedaje, aún después de la muerte de Miguel en 1943.
Declive del Hotel París
El icónico Hotel París funcionó como tal durante toda la República. Después de 1959, el edificio pasó a manos del nuevo Gobierno. El hotel dejó de funcionar en 1962, convirtiéndose en cuartería o ciudadela. Sus habitaciones hoy son albergue de numerosas familias, pero el deterioro del hermoso edificio es notable.
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