El aeropuerto de Rancho Boyeros, la curiosa historia del primero en La Habana (+ Fotos)
viernes, 17 de agosto de 2018
El transporte aéreo en Cuba tiene más de 100 años, pero el primer aeropuerto del país se inauguró el 24 de febrero de 1930, en un poblado situado a 18 km de la capital con una curiosa historia vinculada a los días fundacionales de La Habana.
La mayoría de los habaneros se refiere a la principal terminal aérea capitalina como Rancho Boyeros, en alusión a la localidad donde se encuentra enclavado, aunque su nombre oficial es Aeropuerto Internacional José Martí.
En términos técnicos y comerciales el primer edificio habilitado para despedir y recibir pasajeros se denomina hoy Terminal No. 1, porque en la práctica la misma pista y sus accesos sirve a otros puntos de embarque y desembarque de viajeros nacionales o extranjeros, así como carga y bultos postales. Además en términos prácticos, dicha terminal se dedica a vuelos domésticos, pero aquel primer edificio inaugurado en los albores del siglo XX tiene el más alto rango, por ser utilizado para dar la bienvenida a visitantes y misiones de alto nivel.
Una bonita avenida de doble vía de acceso, con un separador central de verde césped, escoltada por cocoteros, palmas reales y otros árboles rememora la atmósfera caribeña de sus primeros días, con toques de estilo colonial y del modernismo republicano.
La vía de 500 m, llamada Van Troi, en homenaje a un héroe y mártir vietnamita que despertó gran admiración entre los cubanos en la década de 1960, nos lleva a la ruta que conecta con la capital: la avenida de Rancho Boyeros.
Otra vez surge el nombre del poblado donde está ubicado el aeropuerto, el cual posee un paradero de un antiguo tren y otros cruces ferroviarios y pavimentados, que van de norte a sur y de este a oeste.
Quizás esa característica de cruce de caminos sea su nota sobresaliente y el motivo de que fuera escogido para la edificación del aeropuerto, que conserva buena parte de sus rasgos originales.
El nombre del actual municipio de Rancho Boyeros proviene de un núcleo de población asentado junto al camino real del sur, entre las poblaciones de Calabazar y Santiago de las Vegas, que tuvo su antecedente en una casa de la “Real Hacienda”, establecida desde 1840 para el cobro del derecho de tránsito a toda clase de transporte que cruzara la ruta, afirman textos históricos de La Habana.
La obligación de los arrieros de carretas tiradas por bueyes de parar en ese punto para abonar el derecho de peaje, propició la construcción de ranchos, utilizados por boyeros para descansar.
El caserío que de este modo se fue formando recibió el nombre de “El Rancho de los Boyeros”. El paso del tiempo abrevió el nombre y quedó el más sintético «Rancho Boyeros».
Existe la tesis –refieren historiadores– de que esta comunidad existe desde que la villa habanera, fundada al sur de la región occidental del país, se trasladó al norte, por lo que en su movimiento se abrió una vía que pronto estuvo en función de la actividad de punto de tránsito o escala en la ruta hacia de la villa portuaria.
Surgido casi simultáneamente con el acto fundacional del primer asentamiento de San Cristóbal de La Habana por parte del adelantado español Diego Velázquez, Rancho Boyeros consolida su posición al paso de los siglos.
Según refieren los textos históricos, nació y se desarrolló con el camino real del sur, primero que atravesó la Isla de sur a norte; tuvo un nuevo impulso al construirse el “Camino de hierro”, que atravesó parte de su territorio en 1837 y, finalmente, con la construcción del primer aeropuerto del país, que amplió sus posibilidades de comunicación a nivel internacional.
La primera terminal aérea habanera la inauguró el 24 de febrero de 1930 el presidente general Gerardo Machado, quien en un gesto autocrático que matizó su gestión, la bautizó con su propio nombre, aunque otros lo conocían por Aeropuerto Curtis, en referencia a la compañía propietaria.
Tenía tres pistas, cruzadas en ángulos de 60 grados, la principal con 524 m de largo por 36 de ancho, según el cronista Ruslán Olivares, quien precisa que en ese tiempo no pasaban de ser una sabana de 500 m de largo por 30 m de ancho, sembradas de hierba fina.
Al fundarse, era el primero de su tipo en el país e incluía una escuela de aviación para formar pilotos cubanos.
Era propiedad de la Compañía Nacional Cubana de Aviación–Curtiss S.A. formada por accionistas cubanos y norteamericanos–.
Después de 1933, añade el cronista, el socio principal de la compañía fue la Pan American Airways, que paulatinamente fue disminuyendo su participación, hasta que, en 1952, la compañía pasó a manos cubanas.
En 1953, año del centenario del Apóstol de la Independencia, recibió el nombre de Aeropuerto Internacional José Martí, que mantiene hasta el presente.
La historia de la aviación cubana comenzó con el vuelo del primer nativo de esta isla en 1912, un atrevimiento que sería seguido de muchas otras hazañas y primicias en América Latina y el Caribe, que llevaron a La Habana a consagrarse como la capital donde se constituyó la vigente Asociación Internacional de Transportistas Aéreos (IATA).
El hecho ocurrió en una convención realizada entre el 16 y el 19 de abril de 1945, en el Hotel Nacional de La Habana, pero ese es solo un aperitivo para próximas y curiosas crónicas sobre transporte aéreo en esta ciudad que el venidero año cumplirá su primer medio milenio.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
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