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La desconocida historia de la glorieta de Manzanillo, símbolo de una ciudad

 



Poco a poco se acerca a la centuria la bella glorieta de Manzanillo que fuera inaugurada el 24 de junio de 1924 y que a lo largo de su existencia ha sido muda testigo del engrandecimiento y luego decadencia de la que fuera una de las ciudades más importantes de Oriente, Manzanillo.

Deslumbran en la glorieta de Manzanillo del parque Carlos Manuel de Céspedes, los 18 arcos de medio punto y el vítreo escamado de su cúpula que con el brillo de sus lozas de cerámica relucen y hacen mirar al viajero. Es, sin dudas, la más hermosa de las estructuras del parque y una de las más bellas del centro histórico de la ciudad.

Fue obra del genio de los arquitectos Martín del Castillo y Carlos Segrera y aún conserva, a casi un siglo de existencia, toda la lozanía que recuerda al Patio de los Leones de La Alhambra.

Cuentan que la idea original fue emplazar en el lugar un monumento para honrar al alcalde Manuel Ramírez León, pero este declinó la oferta y pidió que el dinero fuera empleado en una obra que perdurara y llenara de orgullo a los manzanilleros.

Casi todo el pueblo aportó en la medida de sus posibilidades y así se concibió la glorieta. Los materiales se importaron desde España y la colonia de ese país de la ciudad donó el vítreo escamado de la espléndida cúpula. Los peones y albañiles, por su parte donaron su trabajo para una obra que también entendían como suya.

Al final, en homenaje al alcalde sólo quedarían sus letras iniciales (MRL) sobre los elementos cúbicos de la cúpula que se colocaron allí sin que este lo supiera para honrar su desprendimiento.

A lo largo de casi un siglo de existencia la glorieta de Manzanillo ha constituido el escenario predilecto los artistas para dirigirse al pueblo. Por ella han pasado bandas de música, declamadores, poetas y músicos que han alegrado la vida de la ciudad.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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