¿Podría un poderoso terremoto hundir la ciudad de Santiago de Cuba como le sucedió a Port Royal en Jamaica?

sábado, 12 de mayo de 2018

En 1692 un poderoso terremoto hundió en el mar a la ciudad de Port Royal, una de las más florecientes de Jamaica. Entonces los santiagueros, que venían peleando contra los ingleses desde hace mucho tiempo se alegraron de lo que vieron como un castigo divino a esos herejes del sur. Sin embargo, entonces ninguno se detuvo en pensar si a Santiago de Cuba, situada en el mismo entorno geográfico que Port Royal podría sufrir un destino igual.

Santiago de Cuba es una de las ciudades de Cuba que con más frecuencia siente en Cuba los movimientos sísmicos. Así ha sido siempre y de los fuertes terremotos que han sentido sus habitantes a lo largo de la historia existen abundantes testimonios que hacen temer por su destino.

Esas condiciones particulares de la urbe han hecho florecer en el imaginario popular muchas leyendas y malos augurios. Uno de ellos es el de la posibilidad de que la ciudad pueda ser engullida por el Mar Caribe, un temor que hicieron crecer los marinos repetían al visitar Santiago: “a no más de 30 metros termina la plataforma y comienza el abismo”.

A ellos nadie los osaba contradecir, sobre todo porque los habitantes de la ciudad conocían de la fuerza de las tempestades, la violencia de la marea y la desaparición de no pocas embarcaciones en la profunda Fosa de Bartlett.

Este profundo abismo que se extiende a lo largo de 1 400 km desde las islas Caimán hasta Santo Domingo y bordea la costa oriental de Cuba cuenta con una amplia variedad de leyendas y creencias populares que aseguran que es el “lugar más peligroso del mundo”.

Sin embargo, a pesar de los temores existentes, los científicos cubanos aseguran que la tierra no se abrirá en Santiago de Cuba y la ciudad no terminará en el fondo del mar como Port Royal, porque la urbe está protegida por un accidente geográfico conocido como “promontorio” y que constituye una de las zonas menos profundas de la fosa de Bartlett.

Así que, aunque el más poderoso los terremotos golpeara un día Santiago de Cuba, sería físicamente casi imposible que la capital del oriente cubana se sumergiera en las profundidades del Caribe.