Esta es la historia de Chacumbele, el que se mató a si mismo
domingo, 15 de noviembre de 2020
En Cuba, existe una frase que es usada frecuentemente con el paso de los años: Se mató como Chacumbele; pero la gran pregunta es ¿quién fue Chacumbele? ¿Existió o es un simple producto del imaginario popular?
Chacumbele fue una persona real, su nombre verdadero era José Ramón Chacón Vélez, nació el 9 de noviembre del año 1912, en el pueblo sureño de Santa Cruz del Sur, en la provincia de Camagüey. Desde muy pequeño se interesó por los circos y soñaba con ser trapecista. Cuando cumplía 20 años, un ciclón violento con vientos que superaban los 250 kilómetros por hora, mejor conocido como el ciclón del 32, arrasó por completo con su pueblo natal, generando olas de más de 9 metros de altura (30 pies), y llegaron a penetrar hasta 20 kilómetros tierra adentro, lo que llegó a afectar ciudades como Santa Cruz del Sur, Camagüey, Júcaro, Guayabal, Morón, Ciego de Ávila, Nuevitas, Florida, Puerto Tarafa, Caibarién, Pastelillo, Camajuani y Jatibonico.
Salvado de una catástrofe
En total, se calculó que la pérdida de vidas humanas en el pueblo de Santa Cruz del Sur se llegó a calcular en 2.248 personas. José Ramón se salvó al subirse, con su perra Lolita a un alto y frondoso algarrobo que se ubicaba atrás de su casa, pero su padre pasó a formar parte de la lista de fallecidos. Luego de esta tragedia, emprendió un largo viaje a La Habana junto a Lolita y el poco dinero que consiguió salvar.
Una vez llegado a su destino, consiguió empleo como aprendiz de trapecista en el circo Santos y Artigas, para ese entonces, la gran estrella del circo era el renombrado trapecista polaco Bronislav Korchinsky, quien alcanzó la fama internacional y del cual se hace discípulo, mejor conocido como El Gran Korchinsky, para posteriormente ser revelado como un nuevo y gran talento de los aires, escogiendo el nombre de Chacumbeles, integrando también a Lolita, su perra, al acto.
Posteriormente Korchinsky recibe una oferta de los Estados Unidos, y se marcha para dejar como estrella de la cuerda floja a Chacumbeles, acompañado de su perra y se convierte en el primer cubano que logra hacer un salto triple sin red. Eventualmente se suma a sus presentaciones Ilona Szabó, “La Muñequita Húngara”, quien era una judía húngara de una belleza impresionante, y termina convirtiéndose en su amante.
Todo parecía ir sobre ruedas, pero un norteamericano llamado Harry Silver, un negro oriundo de Mississippi, que llegó a Cuba huyendo del racismo de los Estados Unidos. Silver cantaba, bailaba tap, hacía malabarismos y tocaba el banyo. Con todos esos talentos, al apuesto joven se le hace fácil incorporarse al circo. Poco después, Ilona se volvió una de sus conquistas y tuvieron una sensual y tumultuosa relación.
Y Chacumbele se mató a sí mismo
Entonces, mientras Chacumbeles hacía su acto de la cuerda floja junto a Lolita, contempló desde lo alto a Ilona y Harry Silver besándose, lo que ocasionó que perdiera el equilibrio y cayera al suelo, llevándose consigo a la perrita, que desafortunadamente perdió la vida al ser aplastada por su dueño. El trapecista pasó los siguientes seis meses en el hospital con varias fracturas, las dos piernas rotas y un pulmón perforado por una costilla. Además quedó con el dolor de haber perdido a su fiel perrita. Como consecuencia de este accidente, quedó cojo y sin suficiente fuerza en las manos como secuela de sus heridas, lo que hizo que el circo se acabara para el.
Eventualmente consigue trabajo en la policía, y, estando sumido en la más profunda depresión, Chacumbeles regresa al mismo parque que lo vio llegar a La Habana, y una noche de abril se quita la vida usando su pistola de reglamento. Después de su muerte, Chacumbeles pasa a la inmortalidad en una canción compuesta por Alejandro Mustelier, que suprime la “s” final de su nombre y lo convierte en “Chacumbele”. Como a los cubanos les gusta omitir las “eses” al final de las palabras, se hizo mucho más fácil con el tiempo llamarlo así. La pieza fue grabada y popularizada por el reconocido Trío Servando Díaz,
El destino de los amantes
Cuenta la historia que si bien, el destino fue cruel con «Chacumbele», pero no dejó de pasarle la factura a los dos que ocasionaron su desgracia.
Ilona Szabó abandonó Cuba y se marchó a Francia. Ignoró todas las advertencias de sus amigos y familiares sobre los Nazis. Ya en el país galo, la detuvieron y la llevaron al campo de concentración de Bergen Belsen, donde finalmente falleció.
Por su parte, el negro Harry Silver se había hecho famoso, por lo que más nunca volvió a tocar a una negra. El joven dedicó todos sus esfuerzos a las mujeres blancas. Un par de años después regresó a Laurel a ver a su madre moribunda, y como se había acostumbrado a vivir una vida de Dios de Ébano en Cuba, intentó hacer lo mismo en su tierra de origen. Pero Silver olvidó que el Mississippi no era La Habana. Al atreverse a estar con una mujer blanca, esa misma noche el Ku Kux Klan lo sacó a golpes y patadas de su casa. Al día siguiente amaneció colgado de un árbol. Además, lo habían castrado y le colocaron su miembro en la boca, a modo de advertencia a los negros que pensaban en meterse con blancas.
Y este es el final de la historia de Chacumbele. Un pobre muchacho, que luego de sobrevivir al ciclón de Santa Cruz del Sur, alcanzó la cúspide de la fama en el circo Santos y Artigas, para luego quitarse la vida como consecuencia del mal amor de una mujer.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
Fuente: Cubacomenta / Archivo TodoCuba
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